camisa blanca de mi esperanza

12 enero 2007

La ruta de las flores

Mi redactora jefe me ha dicho que debo tratar temas más alegres. Una petición difícil en estos tiempos de barbarie e ignominia. Atribulado yo, sin embargo, no puedo rehusarla; no porque sea mi jefa, sino porque es mi amada novia bien de mi vida.
El caso es que la lluvia del devenir ha hecho brotar una noticia al efecto que o me promete ascenso o romántica cena.

Son Natalia y Mariano, paya y gitano, dos adolescentes que se han fugado para huir de la prohibición paterna a su amor. Un Montagüe y una Capuleto que han conseguido variar el desdichado final de Romeo y Julieta escapando juntos más allá de sus comarcas.

Los enamorados son dos nenúfares que se deslizan verdes y llenos de gozo sobre el lodo mediocre. Mirémoslos con admiración porque han venido a recordarnos que la vida se vive aquí y ahora. Existe el amor, la dicha, el bien, la belleza y la delicia.

Me gusta imaginarlos en su plena libertad diciéndose el uno al otro:

JULIETA
Cómo has entrado aquí? ¿Con qué objeto? Responde. Los muros del jardín son altos y difíciles de escalar: considera quién eres; este lugar es tu muerte si alguno de mis parientes te halla en él.
ROMEO
Con las ligeras alas de Cupido he franqueado estos muros, pues las barreras de piedra no son capaces de detener al amor: Todo lo que éste puede hacer lo osa. Tus parientes, en tal virtud, no son obstáculo para mí.
JULIETA
Si te encuentran acabarán contigo.
ROMEO
¡Ay! Tus ojos son para mí más peligrosos que veinte espadas suyas. Dulcifica sólo tu mirada y estoy a prueba de su encono.
JULIETA
No quisiera, por cuanto hay, que ellos te vieran aquí.
ROMEO
En mi favor esta el manto de la noche, que me sustrae de su vista; y con tal que me ames, poco me importa que me hallen en este sitio. Vale más que mi vida sea víctima de su odio que el que se retarde la muerte sin tu amor.
JULIETA
¿Quién te ha guiado para llegar hasta aquí?
ROMEO
El amor, que a inquirir me impulsó el primero; él me prestó su inteligencia y yo le presté mis ojos. No entiendo de rumbos, pero, aunque estuvieses tan distante como esa extensa playa que baña el más remoto Océano, me aventuraría en pos de semejante joya.

Acto II. Escena II
Romeo y Julieta William Shakespeare(1595)


Disfrutar este fin de semana. Como diría Julieta —Mil veces buenas noches.

4 Comments:

Anonymous Anónimo dijo...

te has ganado ascenso y cena, ilustre caballero... aunque me gustaría ver en tu artículo el dialógo figurado de los dos adolescentes fugados, en estilo shakesperiano... en todo caso siempre es una delicia releer textos clásicos... aún así espero un nuevo intento más certero...

... la conjunción de alegría, profundidad y trascendencia es posible de tu puño y letra, lo sé... muéstramela...

23:33  
Blogger Eduardo L.E dijo...

A mí también me hubiese gustado escribir Romeo y Julietapero no he tenido tiempo

01:47  
Anonymous Anónimo dijo...

¿Ese tal Shakespeare jugaba de medio-centro, no?. Pa que luego digan que los taxistas somos unos incultos...
(Excelente fragmento).

15:14  
Blogger Stupor Mundi dijo...

La cursilería no te pega, será el efecto invernadero ese que tiene a to dios trastornaó, y a ti te tiene primaveral en pleno invierno. Coincido que hubiera preferido mejor el dialogo payo gitano en plan Cachuli-Pantoja:
-¿Gitana, tú me quieres?
-Más que a mi via
-Pues ea...

21:23  

Publicar un comentario

<< Home