La Yihad de Palestina
Quería decir algo gracioso pero en Palestina están al borde de la guerra civil y no me apetece. El asunto no es fútil pues nos encontramos ante una nueva, y quizá última etapa, en un conflicto con 60 años de vida.
Los sillones judíos deben estar regocijándose de gusto al ver como sus adversarios se enfrentan entre si. Una imagen similar a la que se hubiera dado en España con la invasión de Napoleón si los españoles hubiéramos guerreado entre nosotros.
Todos sabemos el precio de una guerra civil. En España no nos hemos curado después de 70 años. No hay manera más barata para destruir un pueblo que hacer que se destruya así mismo.
El conflicto se encendió hace una semana cuando el primer ministro israelí fue retenido en la frontera con Egipto a su regreso de países vecinos para recaudar fondos –traía 35 millones de dólares-.
La orden de su retención emerge de Israel alegando que esos fondos iban a ser empleados para subvencionar terrorismo. Hamas se levanta en armas al ver a su líder y primer ministro preso en una frontera por la guardia palestina, que no israelí, dando lugar a los primeros enfrentamientos.
El cruce de balas entre dos facciones palestinas induce a pensar que el presidente palestino, que no primer ministro, Abu Mazen, también llamado Mahmud Abbas, había pactado con el gobierno judío la retención del otro.
Sabemos que las banderas verdes de Hamas son peligrosas pero son banderas elegidas democráticamente. En esas, Abu Mazen, de quien hemos dicho ha pactado con Israel, anuncia la necesidad de convocar elecciones. Es probable que su decisión esté motivada por un sondeo que indicaba que el 61% de los palestinos estarían a favor de éstas. El mismo sondeo que quizá le dio pié a trabajar con Israel para echar a Hamas del gobierno.
Abu Mazen es ante todo un felón como la copa de un pino, pero es también un tipo moderado que cree que la solución al problema de oriente próximo pasa por una política de acuerdos entre los dos bandos. Hamas, bandera verde del extremismo, se niega en rotundo a ceder un ápice –a la manera de los radicales vascos- en su postura, creando así una fractura entre los palestinos que de seguir así acabará en guerra civil.
Israel, entretanto, aguarda en regocijo los cruciales hechos que se avecinan. Para mal, tendrá que volver a su vil política genocida. Para bien, apoyará al bando palestino que más le favorezca.
Nada le vendría mejor que una proclamada mutua Yihad entre palestinos.
1 Comments:
No se como lo hacen, pero los judios siempre algo ganan.
Saludos.
Publicar un comentario
<< Home