camisa blanca de mi esperanza

28 marzo 2007

Guillotina para corbatas

Creative CommonsComo me temo que soy escéptico pero profundamente demócrata seguiré los consejos de mi nanoaudiencia y actualizaré el blog a la ligera.


Estar alerta con el fascismo. No creáis que lo sabréis reconocer en sus galones y bigotes. El fascismo es listo como un espía. Se disfraza astuto y te involucra. Es un agua a 37ºc que te empapa tras colarse por tus rendijas sin que lo percibas.


Para reconocerlo todo se debe medir en el calibre de la voluntad general, que no es otra cosa que aquello que es mejor para todos, no para vosotros.

Y sin embargo es difícil olerlo en estos tiempos de hostilidad. Tomad una pista: ha cambiado el uniforme militar por la corbata capitalista. El precio de ésta es el rango. Sé reconocer a un directivo de un lameculos por el color de su corbata. Y en la cúspide de su pirámide están las corbatas celestes.

El azul que tiñe sus mensajes fascistas de lógica de cajón y fin que justifica medios. Éste es el peligro a detectar. No los creáis. Aferraros a la solidaridad, a la tolerancia, al respeto y la empatía. Si no lo hacéis caeréis en la belicosidad, en la supremacía, en el autoritarismo y la derecha.

De todos los fascismos que hay en el mundo el español representa su peor estadio. Es el espía, el agua, la corbata y el tinte. Es casí invisible porque no lleva galones como los de África. Y en contra de los fascismos europeos es primero facha y luego demócrata. La derecha en su nivel más evolucionado acepta el juego democrático. Pero en éste nivel alpargatero del español este juego no se acepta por narices. En el fondo lo único que han hecho es cambiar la pistola por la corbata. La impetuosidad de la bala que obliga por la adulación de la palabra que narcotiza.


Creer en lo que os enseñaron en el colegio. Aprisionaros en esas ideas y estar alerta, se aproximan tiempos difíciles.