camisa blanca de mi esperanza

14 agosto 2007

Un amigo, 60 centimos


¿Vale una idea el precio de un amigo? Porque yo he perdido uno, bueno he perdido muchos pero no por ideas. Unos porque se marcharon al extranjero y otros porque eran unos gilipoyas del culo.

Ahora he perdio uno por decir Superespaña. Y eso que no es mi amigo Domenech, natural de Lérida, amante y guitarrista de la rumba catalana, propenso a autobromearse con la tacañería de los catalanes y catalán por generaciones. El día que se entere del post Superespaña se me viene a vivir a Madrid.

Que de ahí es el que he perdido ahora, que ya tiene delito.

Pero el asunto es ¿Cuánto vale una idea? ¿Vale una vida una idea? ¿Vale más que una barra de pan una idea?

Lo de la vida lo digo por los jóvenes de ETA, que acaban con su vida entre los barrotes por una sencilla idea. ¿Vale una vida la patria?

¿Y vale más la patria que un amigo? ¿Te acerca a la renfe la patria?¿Se folla a tu hermana la patria?

Yo entre el amigo, la patria, la barra de pan y la idea, me quedo con el amigo porque es la mejor forma de hacerse con dos barras de pan. Porque a mí la patria me la repanfinfla.

Yo no sé si es mejor destruirme una idea para conservar a un amigo que ser fiel a mis ideas. ¿Debo ser fiel a mis amigos o a mis ideas?

La respuesta es ser fiel a las ideas porque sobre todas hay una que prevalece y es ser un buen amigo. Trabajo duro, todo sea dicho.

ME HE HECHO DEL ATLÉTICO DE MADRID